Sesiones que se adaptan a ti
Cada persona vive su proceso de forma única, y por eso el acompañamiento también debe serlo. Las sesiones están diseñadas para ayudarte a conectar con tu propia sabiduría interior. Mi objetivo es que te conozcas, para que entiendas por qué sientes lo que sientes, porque no alcanzas lo que te propones y desde ese entendimiento, sepas como resolver-te.
Conecta contigo
El primer paso es conectar con tu consciencia. Esa capacidad innata que tienes de «darte cuenta» de las cosas.
De la misma manera que «eres consciente» de lo que pasa en el exterior; lo que ves, lo que escuchas, lo que hueles, lo que saboreas… también puedes ser consciente de lo interior; las sensaciones internas, las emociones, los pensamientos y creencias.
Vivir desde ese «yo» que se da cuenta te permite tomar distancia de las turbulencias mentales y emocionales que generan malestar. Es como encontrar un espacio de calma que no depende de las circunstancias externas o internas, sino de aprender a estar presente y en paz contigo mismo.
Metafóricamente, es aprender a situarte en el centro del huracán, donde todo esta en calma. Transitando todos esos pensamientos y emociones sin dejarte arrastrar por ellos.
Siéntete bien
Una vez que has reconectado contigo, llega el momento de explorar tu mente. El sufrimiento emocional no surge de las circunstancias, sino de como las interpretas y de como las vives. O lo que es lo mismo; Eso que sientes no proviene de las cosas que te pasan, sino de la historia que te cuentas sobre lo que te pasa y tu manera de reaccionar ante ello.
Por eso es imprescindible conocer y cuestionar tu propia «configuración mental», para detectar todos esos pensamientos, juicios y creencias, que te llevan a pensar y actuar de manera ineficiente, perpetuando así el bucle del sufrimiento.
Al tomar consciencia de tu «configuración mental» y cuestionarla, comienzas a disolver todas esas conductas y el bienestar emerge de forma natural.
Alcanza tus metas
Desde la estabilidad mental y emocional, tendrás mucha más energía para dirigir hacia la acción.
Cuando tu mente se aclara y tus emociones se aquietan, puedes tomar decisiones más conscientes y alineadas con la vida que quieres construir; en lo laboral, familiar, personal, relacional, etc.
Necesitas un enfoque sostenido en tus objetivos para que estos puedan alcanzarse. Dicho enfoque es más fácil de sostener cuando tu mente y emociones están en calma.